Eso rato que, tan raro,
Nosotros jurábamos
Que lo no regresaría
Temprano en nuestras
vidas.
Pero como una grande ola
Rompió las cadenas
árticas
Que la encarcelaron en
Patagonia,
Por lo inicio del siglo,
de La Plata.
Un viento volviendo
En nuestros prados
A coger en poco tiempo
Nuestros frutos y
platas...
Si fuera de hoces sucios
Sabríamos que sería
Para todos, el más justo
Compartir de tierra e de
vida...
Nuestros días, sin
embargo,
Están cada vez más
macro,
Macri, que tenemos
ahorrado
Más del que deseásemos...
Nuestros ojos, nuestras
manos
Nuestras cameras, nuestras
armas
No nos las bastan para
evitarnos
Las pérdidas en la última
semana.
Las bolsas caerán y dedos
De personas, cuales
sabemos
Quiénes son, no los
vemos...
Y los saques se
sacramentan.
(Mientras escuchamos
Palabras, nos creendo
Que los dígitos van
Para nuestros bolsillos,
eh!
Y se van los dígitos...
Pero para ajenos
bolsillos,
Que no los necesitan acá
venir
Solo los bastan hablar
como Dios.)
(Leandro Monteiro)
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