LA OSCURA EXTINCIÓN
El ego tiembla la tierra
Mientras el eco se ponga preso
En habitaciones familiares a si mismo
La voz que sale y no se queda
Sola a cocinar, lavar la loza y rezar...
Blande por todo amor que es libre
Para hacerse y no sumetérselo al dolor ajeno.
No la basta tu sentimento, más que intenso,
Es más grande y frágil que de las fieras...
¡Y tú sonido viaja allá de la casa!
Pero, no la ves que las fieras,
En sus mayorías, ¡Están sin dientes y ganas!
¡El temblor las silenció las voces!
No veo más tantas fieras aquí,
Si la selva de piedra menos vigorosa
Y tienes tu la porra más larga,
¿Porqué la sirena quiere el caballero todavía?
¿En eso mundo donde tus voces y manos mueven la Tierra?
(Leandro Monteiro)
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